Después de los dos campamentos, regresé a mi casa en Fort Worth para empacar mis cosas. Las semanas antes de mudarme a mi residencia, mi familia y yo compramos todas las cosas que necesitaría y, la noche anterior, empacamos dos coches con mis pertenencias. Por fin, había llegado el día de ir a la universidad. Estaba ansiosa pero emocionada por el viaje. Mi hogar en Fort Worth está más o menos a tres horas de distancia a College Station y pienso que es la distancia perfecta para mí; no es demasiado larga o demasiado corta.

Sentí que el viaje en coche fue muy rápido y, de pronto, habíamos ya llegado a mi dormitorio en la residencia Underwood Hall en el campus. Descargar los dos coches fue la parte más difícil de todo el día, pero una vez que pusimos mis pertenencias en mi cuarto, mi familia y yo comenzamos a establecer y decorar mi lado de mi cuarto. Después de unas horas, mi familia y yo habíamos terminado mi cuarto.

Estaba emocionada pero también, en este momento, me sentía un poco triste porque sabía que esto significaba que mi familia me dejaría pronto. Dijimos nuestras despedidas y mi familia se marchó. En ese momento, tuve mucha paz y emoción porque sabía que la universidad sería una de los mejores experiencias de mi vida. Además, mis dos hermanas estaban en la universidad, así que sabía más o menos qué esperar. Estaba emocionada por empezar este capítulo nuevo en mi vida y tener experiencias increíbles.